¿Qué son inflación y costo de oportunidad?
¡No dejes la plata debajo del colchón! Invertir tu dinero es importante en un contexto de alta inflación, incertidumbre y clima enrarecido. El Banco Hipotecario te quiere mostrar que invertir no es complejo y por el contrario, mucho más simple de lo que parece.
Tanto la inflación y el costo de oportunidad son dos conceptos que resuenan mucho en estos tiempos. Principalmente por el contexto que atraviesa nuestro país (con una inflación acumulada que ya supera el 78% en los 8 meses del año transcurrido) pero también, porque son conceptos fundamentales para entender qué hacer a la hora de maximizar el rendimiento de los ahorros. Es decir, cómo y en qué invertirlos. En tal caso, ambos conceptos tienen relación directa con la perdida de valor del dinero a través del tiempo. Pero vayamos a cada uno de ellos.
¿Qué es la inflación?
La inflación es incremento generalizado de los precios de los bienes, el cual se mantiene sostenido en un período de tiempo determinado. Al incrementarse el nivel general de los precios, lo que sucede es que la moneda de curso pierde valor, básicamente porque podemos comparar menos cosas con la misma plata.
Es decir, cuando uno se encuentra en un contexto inflacionario como en nuestro país, cada día que pasa las cosas salen más caras y en consecuencia, tu dinero vale menos. Por ejemplo, si de un mes a otro la inflación general de los precios fue de un 5%, un producto que a principio de mes costaba cien pesos, al final de ese mes costaría un promedio de 105 pesos. Como consecuencia, lo que sucede es que, por ende, nuestro dinero pierde valor.
Los intereses que genera el dinero invertido es lo que lo muchos llaman “percibir un ingreso pasivo de una fuente secundaria (que, en este caso, serían nuestros ahorros)
¿Qué es el Costo de oportunidad?
El costo de oportunidad se refiere a las posibilidades que dejamos de lado cuando tomamos una decisión respecto a dónde vamos a destinar nuestro dinero.
En palabras simples, el costo de oportunidad es cuanto ganamos o dejamos de ganar si invertimos nuestro dinero en la opción A, en lugar de invertirlo en la opción B o C.
Un ejemplo claro es cuando comparamos cuanta renta obtenemos sobre nuestro dinero al dejarlo guardado en algún lugar de nuestra casa (debajo del colchón, por ejemplo) o al invertirlo en algún instrumento financiero, como puede ser un plazo fijo o un fondo común de inversión. Mientras que, con la opción del colchón, nuestro dinero no solo no se capitalizaría, sino que perdería valor conforme pasa el tiempo, dado que, como vimos arriba, el dinero perdería su valor; en la opción B, es decir, invirtiendo nuestro dinero, el mismo generaría un interés.
Imaginemos, entonces, que el interés generado en la opción B, es del 10% anual. Entonces, si tomáramos la decisión de ir por la opción A, es decir, guardar nuestro dinero debajo del colchón, el costo de oportunidad de este camino sería, como mínimo, de un 10%, pues es lo que nos estamos perdiendo de ganar por no tomar la opción B.
El ingreso pasivo: Ahorrar también es una forma de ganar plata.
De acuerdo con lo que vimos, los intereses que genera el dinero invertido es lo que lo muchos llaman “percibir un ingreso pasivo de una fuente secundaria (que, en este caso, serían nuestros ahorros)”.
Todo lindo, todo ok, todo hermoso. Ahora bien, contar con el capital para generar esos intereses sería el primer paso, es decir el ahorro para poder invertirlo.
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